-¿Es más importante probar que algo
existe o que no existe?
-La realidad seguirá siendo la misma,
así que todo es cuestión de actitud.
-¿A qué te refieres?
-¿Cómo te comportas mientras no estás
seguro de la existencia de algo?
-A veces ignoro el objeto de mi duda,
como si no existiera. Pero otras asumo que si existe o al menos actúo
teniendo en mente que es posible su existencia.
-Elige cualquiera de las posibilidades
para tenerla en cuenta en nuetro ejemplo.
-Hagamos cuenta entonces que pretendo
que algo no existe, y se demuestra que sí.
-¿En ese caso qué harías?
-Cambiar mi forma de actuar sobre ese
asunto, pues antes no lo tenía en cuenta y ahora está claro que
existe.
-¿Y si ya creías que existía?
-Seguiré actuando igual, pero con
mucha más seguridad.
-¿Y en el caso de que actuaras como si
no existiera tal cosa y de pronto se demuestra que llevas razón?
-También. Seguiré actuando igual.
-¿Y en caso de creer que sí pero
demostrandose que no existe?
-De nuevo tendría que cambiar mi forma
de actuar.
-Entonces sólo ocurrirá que cambiarás
tu forma de actuar si estabas equivocado o seguirás actuando igual.
-Así es.
-Pero la realidad sigue igual tras el
descubrimiento fuera cual fuera tu actitud al respecto.
-Exactamente.
-Ahí tienes a qué me refería.
-Entiendo. No es más importante una
cosa que otra, ambas posibilidades aumentarán el conocimiento que
tenemos sobre el tema en cuestión y afectará a las personas
dependiendo de su actitud previa a saber con seguridad la existencia
o no de la cosa en concreto.
-En ambos casos recuerda que a veces no
podemos saber con seguridad total algo y que podría demostrarse más
adelante que habíamos fallado en demostrar la existencia o no de
algo. Por supuesto, también hay casos en los que podremos estar
seguros totalmente.
-¿Por ejemplo?
-No podemos estar seguros de la
existencia de algo en algunos casos del plano científico, pues
podría ser que el experimento que demuestra la existencia de la
hipotética partícula X concordase con lo que esperábamos que
sucediera para ese caso, pero realmente fuera un raro comportamiento
de una desconocida partícula Y. Así podríamos decir que existe la
partícula X siendo en realidad sólo un efecto de la partícula Y.
-¿Y en qué casos estamos seguros?
-Imagina que metes un gato en una
habitación. Al contarme lo que has hecho yo puedo creer que exista
ese gato o no, pero cuando mire dentro, por mucho que tarde en
encontrarlo, estaré seguro de que ese gato existe.
-¿Y en los casos de no existencia?
-Con el gato es sencillo. Es muy fácil
saber si hay alguna forma en la que el gato pudo haber salido de la
habitación. Si no la hay y hemos revisado todo posible lugar de la
habitación, haciendo a su vez imposible que el gato se moviera a una
parte de la habitación ya revisada, entonces podemos estar seguros
de que no hay gato.
-¿Y con la partícula?
-Con la partícula es difícil. Habría
que teorizar sobre los posibles sitios por donde podría haber
"escapado" de la zona donde la buscamos e igualmente sobre
cómo impedir que se mueva a un sitio donde ya la hemos buscado.
-Pero la partícula no es un gato.
-Digamos que sí. Digamos que para
probar su existencia esperamos oirla maullar. Si no maulla puede ser
que no exista o que no tenga las cualidades, o produzca los efectos
que se esperan. Si ladra podemos decir que no existe, pero también
decir que sí y que es diferente a como se había creido.
-Entiendo. Con algo como un gato
podemos decir que está o no está en un sitio, porque conocemos sus
cualidades. Pero con algo de lo que no estamos seguros que exista no
hay modo de estar seguros de que exista o no.
-Pero no creas que se trata de que el
gato tiene ventaja por ser grande.
-No, lo he entendido. La cosa que tiene
tales cualidades recibe el nombre de gato y con ello podemos tener
seguridad, pero una cosa, aunque sea del tamaño del gato, de la que
no conocemos sus cualidades sino que las "ponemos" antes de
conocerla no nos permite estar seguros de su existencia, pues
conocemos sólo nuestras anticipadas cualidades, pero ni la cosa ni
las cualidades reales de la cosa que creemos es la portadora de esas
cualidades que hemos anticipado.
-Exacto. E incluso hay quien diría que
ni tan siquiera de la existencia del gato podemos estar seguros, por
más que le arañe la cara.