martes, 2 de diciembre de 2014

La música del independentismo

¿Por qué hay tanta rivalidad entre los seguidores de una u otra corriente musical? Tomemos como ejemplo el rock y el rap, dos de las más grandes (si no las más grandes) de todas estas corrientes si obviamos al pop. Ambos están fuertemente influenciados en su origen por el blues, surgen en EEUU con una década de diferencia (el rock sobre los 50 y el rap sobre los 60) y son estilos musicales marginales en cuanto a que no son la norma musical como lo es el pop. No habría ninguna razón para disputas entre estilos musicales, pero la hay. ¿Por qué?

La razón que, a mi juicio, se esconde tras la rivalidad entre estilos es la cultura. La música no se escucha sólo, se presta atención a sus letras, se crean modas a la hora de vestir, comportamientos, posiciones respecto a muchísimas situaciones y problemas. Se acaba convirtiendo en un estilo de vida que influye en ella tanto como una religión, una educación, unas condiciones sociales...

Quizás, aún teniendo el rock muchísimo más peso musical, es el rap quien se hace con el puesto de mayor exponente de una cultura, por encima del pop incluso. Es conocida por todos la existencia de la cultura hip-hop y su fuerte impacto a nivel global en el que se puede encontrar como elemento clave, pero no único, el rap como elemento musical y gran pilar de esta cultura.

La sociedad crea una cultura, o quizás la sociedad se crea por el elemento común de esa cultura. Como sea, no importa ahora. El caso es que hay una cultura, pero no comprende a todos los individuos. ¿Qué pasa con ellos? Pues que una vez van encontrando un punto en común que los defina, al menos parcialmente, se van uniendo en esta nueva subcultura. Al final surgen en cada cultura varias agrupaciones más pequeñas que la sociedad y se forman las subculturas, que no necesariamente tienen que ser contraculturas.

En estas subculturas que se crean se encuadran nuestros ejemplos, el rap con su hip hop y el rock con su propia subcultura mucho menos variada a mi entender que el hip hop. Ambas subculturas se diferencian de la cultura general y de la subcultura predominante, y suelen ser tomadas, mucho más antes que ahora, excepto en sus épocas de máximo esplendor, como marginales por su amplia diferencia y oposición en grandes temas a la cultura y subcultura principal.

Al final, la cultura se acaba componiendo de todas las subculturas, pero cambia y se transforma por el peso de sus máximos exponentes. Es por eso que todas las subculturas, ya que creen que su forma de vida es mejor para todos, se oponen a las demás y se empeñan en predominar.

El rock y el hip hop se parecen mucho en su carácter mucho más contracultural que el resto de tribus urbanas, como se les suele denominar, tanto por el general de su subcultura como por su estilo musical representativo, que suele tener letras inconformistas e incluso de gran crítica al sistema. ¿Por qué son entonces dos de las tribus que más se atacan entre ellas?

En primer lugar por la fuerza de la cultura dominante, que los impele a rechazarles aún cuando ellos mismos entran en la categoría de quienes deben ser rechazados (y lo son). En segundo lugar, por la misma razón que compiten todas las agrupaciones y fuerzas culturales de la cultura en cuestión: por el poder. Todo es un juego de poder, ya sea a nivel directo o no, a nivel legal o no, a nivel reconocible o no.

Todos quieren, y nuestros ejemplos de subcultura también, imponer sus creencias, sus normas, sus gustos, etc. Todos quieren ser ciudadanos de un Estado común, de modo que cuando las diferencias culturales se dan a tan gran escala, son tan marcadas y el problema se alimenta durante suficiente tiempo, surgen intentos de independentismo total de la que fuera su cultura. Es porque, por mucho en común que haya, hay tanto diferente y es tan grande la voluntad de autocontrol y la identidad entre el grupo que se acaba desligando bien por medios pacíficos o bien por la fuerza o la violencia.

Toda cultura está destinada a tener que adaptarse o desaparecer. Siempre hay regeneración y cambio en una cultura porque ésta la componen personas, seres individuales a quienes les es imposible ser idénticos a sus compañeros de cultura y quienes desean el poder de una u otra forma porque todo individuo desea hacer su voluntad.

El juego del poder, deseo de todos, es lo que finalmente hay tras cualquier elemento de nuestra cultura. He hablado de música y puesto como ejemplo rock y rap, pero podeis reflexionar sobre el tema y encontrar razones parecidas tras cualquier elemento de una subcultura y también sobre movimientos de muchísimo más alcance en un Estado como, por ejemplo, en España la situación de Cataluña que no es otra cosa sino la lucha por el poder basado en la identidad de un grupo. Y se puede tratar de seguir este razonamiento hasta descubrir que abarca rasgos como la edad, raza, sexo e incluso género. Es siempre una lucha entre las voluntades de lo Mismo y lo Otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te puede interesar: