-¿Qué es arte?
-¿Qué es? Pues a la fuerza debe ser
algo, y no sólo algo si no también algo producido.
-Cierto es que debe ser algo, pero no
entiendo por qué debe ser algo producido.
-¿Si no ha sido producido es algo?
-A lo sumo pensamiento sin plasmar
siquiera como palabras.
-Exactamente, entonces pues, debe ser
algo producido. Pero no sirve cualquier tipo de producción, debe ser
intencionada.
-Entonces aquello que diríamos que es
natural no puede ser arte.
-Claro, pues estamos hablando de una
disciplina y no de una cualidad, de modo que se debe tratar de algo
que no podría producirse naturalmente.
-Pero debe haber alguna especificación
más, o prácticamente todo lo que hacemos sería arte.
-Así es. El siguiente paso en esta
criba es acudir a la intención con la que se hace.
-¿Por qué?
-Si produces un objeto con el fin de
usarlo para otra cosa no es arte.
-Entonces sería arte sólo aquello
producido con ello como propio fin.
-Exactamente.
-¿Y si vendes el arte dejaría de
serlo?
-No, el dinero, reconocimiento, regalos
o demás cosas que consigas es un fin añadido.
-¿Y si haces el arte para venderlo?
-Haces el arte, y lo vendes porque hay
una industria de ello.
-¿Y un zapatero? Hace zapatos y los
vende porque hay una industria de ello.
-Se usan zapatos por moda, necesidad,
deporte, etc. Pero el arte no se usa, sólo se admira. No entra ni en
la categoría de entretenimiento.
-Entonces el arte es cualquier cosa que
se produzca intencionadamente y con ello mismo como fin.
-Tal como dices.
-Pero antes has dicho que era una
disciplina, así que debe tener alguna regla o colocar un zapato
sobre una televisión sería arte.
-Ciertamente. Hay que añadir reglas, y
esas reglas salen de su propia constitución como arte.
-¿Cómo sucede?
-Primero se produce algo que cumpla lo
que hemos acordado antes. No hay reglas, así que cualquier cosa
podría serlo. Entonces entra la llamada belleza.
-¿Qué es la belleza?
-No es más que una palabra para
obligar a los demás a obedecer un gusto.
-¿Qué gusto?
-Cuando la cosa, por sí misma y no por
algún efecto, crea un cierto sentimiento de placer (o incluso podría
ser de otra índole. Es discutible.) en un número considerable de
personas; es decir, cuando la cosa gusta a un número considerable de
personas.
-¿Y tras ese estado?
-Se crea un movimiento a su alrededor.
Este movimiento produce imitaciones, estilos, alternativas, modelos,
etc. Y de ese conjunto se crean técnicas. Esas técnicas son las
reglas que lo convierten en una disciplina y por tanto en un arte.
-¿Entonces ya no habrá más arte que
aquello derivado de la invención original?
-Lo habrá.
-¿Cómo? La técnica establecerá
cuáles se consideran buenas y cuáles malas.
-La técnica, como dices, establece si
esa cosa es buena o es mala en base a sus reglas deducidas del
original e independientemente del gusto. En este punto ya tenemos
arte, que incluye tanto al original como a las producciones
consideradas buenas por la técnica. Pero se puede volver a repetir
el proceso.
-¿Dices que puede producirse otro
original tan distinto y extraño a las reglas de la técnica pero aún
siendo arte?
-Por supuesto. Si se produce algo que
cumpla aquellos principios que acordamos (producido intencionadamente
con ello mismo como fin), no guarda ninguna relación con las reglas
impuestas por la técnica (y digo que no guarde relación, no que
estén mal aplicadas) y consigue gustar a un número considerable de
personas tal que se crea una disciplina a su alrededor.
-Sólo tengo dos dudas. ¿Quién dice
cuándo gusta algo lo suficiente y quién decide las reglas de la
técnica que conforman la disciplina?
-Nadie decide sobre el gusto.
Simplemente gusta y se empieza a crear un movimiento de producción
de ejemplares tomando como punto de partida el original que acaba
desembocando, mediante el gusto, en una estructuración de la
disciplina y las reglas que la componen.
-¿Como una ciencia?
-Ni de cerca. Sólo se mide su
funcionalidad, la realidad no tiene nada que ver a la hora de fijar
las reglas. Es más como una ingeniería, da igual la realidad
mientras funcione.
-Pero hay obras técnicamente correctas
que no gustan y viceversa.
-En ese punto ya no importa el gusto,
sólo la técnica. Se considera el gusto para crear las reglas y
después se siguen sin tener en cuenta el gusto.
-Entonces, la disciplina, una vez
estructurada, si es parecida a una ciencia.
-Tampoco, pues se crean obras siguiendo
estrictas normas pero no son ellas mismas el contenido. Es decir, que
no se usan esas reglas para producir reglas, se usan para producir
otra cosa. Las reglas se usan como un molde en el arte y como base en
la ciencia. Y el producto en la ciencia son reglas, pero no en el
arte, pues ya están establecidas.
-Pero para producir las reglas de la
disciplina , la técnica, no se usa ni la funcionalidad (como se hace
para la disciplina en sí) ni unas reglas ya fijadas (como para los
productos de la técnica).
-Así es, se usan reglas lógicas
básicas tales como la deducción para llegar a otras más
específicas que constituirán la técnica. Es en este punto donde se
encuentra su único parecido con la ciencia.
-De acuerdo. Ahora queda saber quién
decide esas reglas. Imagino que debe ser una clase de científico
que, usando los principios básicos de la razón, investigue todas
las muestras y logre crear una estructura de reglas que las comprenda
a todas.
-Así es. Pero dejemos de llamarlos
científicos, pues sólo se llama comúnmente así a los
investigadores de las ciencias más matemáticas, las llamadas
"ciencias duras" que es a lo que se suele referir
actualmente con "ciencia". Son pues, investigadores.
Trasladando la labor de investigación al lenguaje actual podemos
afirmar quiénes se encargan de decidir las reglas de la técnica de
una disciplina artística. Los historiadores, en este caso,
historiadores del arte.
-Entonces se produce algo
intencionalmente con ello mismo como su fin, ello crea el gusto por
ello mismo, el gusto crea un movimiento, ese movimiento crea
subproductos del producto original, los subproductos crean
historiadores, los historiadores crean unas reglas, esas reglas crean
una técnica, la técnica crea una disciplina, la disciplina
constituye finalmente al producto como arte y posteriormente también
a los subproductos que mejor se adapten a las reglas de la técnica.
-Así es. En el arte sólo hay gusto y
técnica.